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A la Sagrada Majestad de la VERDAD

Thomas Taylor

miércoles, 16 de marzo de 2011

EL SENDERO TEOSÓFICO DE LA MEDITACIÓN

Pablo D. Sender
Artículo aparecido en THE QUEST Enero 2011
Revista de la S. T. EUA

La Sociedad Teosófica fue probablemente la primera organización en tiempos modernos en promover ampliamente la meditación en Occidente. Hoy, más y más personas son conscientes que la meditación es un aspecto importante de la vida espiritual, y cuando entran en contacto con la Teosofía quieren saber qué tipo de práctica se recomienda. Aunque el enfoque Teosófico se abstiene de promover un sistema particular de meditación para ser seguido por todo el mundo, en la literatura Teosófica puede encontrarse una gran cantidad de enseñanzas acerca de la meditación. En este artículo exploraremos algunos de los métodos recomendados.

Objetivo
La gente llega a la meditación por una gran variedad de razones. Muchos ven en ella una técnica de relajación, o un método para reducir el estrés causado por la vida cotidiana. Otros la ven como una forma de generar estados emocionales y psicológicos agradables, como paz, armonía y alegría. Otros meditan con el fin de experimentar visiones o desarrollar poderes psíquicos. Pero desde el punto de vista Teosófico la meditación tiene un objetivo más trascendental. Aunque esta práctica puede producir algunos de los efectos descritos anteriormente, su verdadero propósito es, como dice el Dr. I. K. Taimni, “poner a la personalidad inferior en contacto consciente con el Yo Superior, haciéndola cada vez más consciente de su origen, destino y naturaleza divina” (Taimni, 1970). Una vez que este objetivo se logra, la práctica de la meditación puede llevar al aspirante incluso más allá. Geoffrey Hodson dice: “El segundo objetivo [de la meditación] es darse cuenta que el Yo Espiritual del hombre es por siempre una parte integral del Yo Espiritual del Universo” (Hodson, 2003).
                Si uno llega a la meditación solamente con el fin de derivar beneficios físicos o psicológicos, una práctica simple puede traer los resultados deseados. Este tipo de práctica es con frecuencia la más adecuada para las personas que comienzan a explorar la meditación. Sin embargo, sin bien puede sentar las bases de un enfoque más profundo, en sí misma puede no ser suficiente para permitirle al aspirante entrar en contacto con su verdadero Yo Espiritual. Para alcanzar tan alto objetivo la práctica de la meditación tiene que cumplir ciertas condiciones, como se mostrará a continuación. Además, toda la vida del aspirante tiene que sintonizarse gradualmente con tan elevado propósito. Por esto es que la tradición Teosófica ve la meditación como sólo una parte de la práctica espiritual, que debe acompañarse de estudio, servicio, auto-conocimiento, y un esfuerzo general hacia la auto-transformación.

Fundamentos
Lo primero que la mayoría de la gente pregunta cuando se aproxima a este tema es qué técnica de meditación deberían practicar. Éste puede no ser el mejor lugar para comenzar. Antes de empezar a caminar uno debería estar seguro que va en la dirección correcta. Hugh Shearman escribió: “La cuestión, entonces, no es qué técnica de meditación se está usando, sino quién la está usando, qué motivación ha puesto en marcha este proceso” (Shearman, 1981). Como ya se ha dicho, la meditación Teosófica pretende trascender el yo personal. Si es usada como un medio para el engrandecimiento personal, esta práctica puede producir algunos resultados a ese nivel, pero es improbable que tenga efectos trascendentes. Es importante reflexionar sobre este asunto porque la espiritualidad es frecuentemente abordada de una forma mundana; como un proceso de adquisición. Uno puede no estar acumulando objetos, y sin embargo estar tratando de adquirir virtudes, paz, felicidad, etc., como posesiones personales. Si bien es cierto que el desarrollo de las virtudes es necesario en cierta etapa de nuestro crecimiento espiritual, éstas sólo pueden florecer cuando son buscadas, no para nuestro goce personal, sino porque son puertas a través de las cuales nuestra verdadera naturaleza espiritual puede expresarse. La mayoría de las personas no se da cuenta que el yo personal es la verdadera fuente de conflicto. Soltar lo personal y descubrir el verdadero Yo es el único camino hacia la verdadera felicidad. De hecho, la meditación espiritual comienza cuando uno es capaz de dejar atrás al yo personal. Las técnicas son solamente los medios preliminares para llegar a ese punto, pero uno nunca será capaz de alcanzar tal estado si medita con la intención de adquirir algo. Como lo dijo Annie Besant: “Meditación significa esta apertura del alma a lo Divino, dejar que lo Divino brille adentro sin obstrucción del yo personal. Significa renunciación. Significa arrojar todo lo que uno tiene, y esperar, vacío, a que entre la luz” (Besant, 1918). Así pues, en el enfoque Teosófico la práctica de la meditación tiene como finalidad guiar al aspirante a un estado donde pueda dejar atrás el yo personal y todos sus procesos mentales, para poder entrar en contacto con su naturaleza espiritual.
Todas las tradiciones espirituales serias hablan de la necesidad de una preparación física, moral y mental para poder meditar efectivamente. La tradición Teosófica también enfatiza como parte de la práctica espiritual la adopción gradual de un estilo de vida puro y saludable; el desarrollo de madurez emocional, que se consigue con una vida moral y con la disminución de nuestros apegos, pasiones y deseos inferiores; el cultivo de la comprensión de uno mismo y del universo; y el desarrollo de una actitud inegoísta. Esto, por supuesto, no significa que uno no pueda meditar comenzando desde el lugar donde se encuentra en este momento. Por el contrario, cuando el enfoque es holístico, la práctica de la meditación ayudará en los esfuerzos hechos en estas áreas, y viceversa.