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A la Sagrada Majestad de la VERDAD

Thomas Taylor

domingo, 26 de abril de 2009

LA MÚSICA COMO MAGIA: EL COMPOSITOR ALEXANDER SCRIABIN

Hola amigos, he aquí lo prometido. Tendrán que disculpar que no soy un experto traductor. Solo espero que se antojen de conocer más de este genial personaje, que supo reconocer destellos de verdadera sabiduría y se dejó permear por ella, en los escritos de H. P. Blavatsky y en general en la Tradición de la Sabiduría.

Por Gary Brown[1]

Extraído de la Revista The American Theosophist. May 1982­/Vol.70/Nro. 5

¿Tienen los artistas el poder de transformar a la gente, de elevar sus consciencias, e incluso de producir la iluminación? El compositor ruso de principios del siglo XX, Alexander Scriabin, creía de verdad que las artes tenían ese poder. Por la época de su prematura muerte en 1915 estaba envuelto en su más ambicioso proyecto, la creación de una sinfonía-danza-poema intermedia, de la que creía culminaría en la iluminación de su audiencia. Scriabin nunca pudo probar sus planes para esta grandiosa obra que llamó “Mysterium” porque, a la edad de 43, un grano en su labio se infectó, y, a pesar del cuidado de los mejores especialistas de Moscú, la infección se expandió por todo su cuerpo y lo mató. Desafortunadamente Scriabin dejó solamente un poema y algunos bosquejos para la música de un “Prefatory Action” para el “Mysterium”.

Scriabin había planeado el “Mysterium” para que fuera una síntesis de las artes que incluiría luces de colores y varias fragancias, como también músicos y bailarines. Presentaría

El desarrollo del cosmos, el surgimiento de toda la humanidad, y el crecimiento individual de las personalidades particulares: de la Unidad a la Dualidad, a la Multiplicidad y finalmente el retorno a la Unidad inicial.

La audiencia experimentaría esta totalidad, psicológica y espiritualmente. En su versión completa el “Prefatory Action” tomaría siete días, y al final, en la doceava hora del último día, una nueva raza de hombres nacería. La ejecución de cada día elevaría la audiencia y a los ejecutantes a un nuevo plano o nivel de sensación y vibración. (Bowers, 1973. Pp. 124-125)

La obra tenía que ser ejecutada en India. Un templo universal tenía que ser construido con la forma de un semicírculo que acogería 2000 personas sin ninguna distinción entre la audiencia y los intérpretes. Amaneceres y puestas de sol iban a ser incorporados en la obra, Scriabin incluso planeó emplear campanas suspendidas de las nubes sobre los Himalayas. El “Prefatory Action” para el “Mysterium” iba a terminar en iluminación y fraternidad universal.

El día séptimo, después del asalto sobre los sentidos de todas las artes golpeando en la psique de los hombres, y con la música encarnando visiones ectoplásmicas, todos los hombres y toda la naturaleza se combinaría para traer al mundo a su más cercano punto posible de estar en “el plano de la unidad.” El júbilo masivo sería como el océano interminablemente cambiando e inmutable. El alma y la materia serían liberados de su esclavitud corporal uno del otro. La polarización masculina y femenina se desvanecería.

En este instante final, el Padre único resplandece simultáneamente en la consciencia de cada espectador. Scriabin llevaría a las personas al umbral de la muerte, de lo inexpresable, de lo inefable. (Bowers, 1973. P. 126.)

Pero incluso con la experiencia de la unidad al final del “Prefatory Action”, la audiencia mantendría su individualidad. Una etapa final de disolución estaba reservada para el final de la parte principal del “Mysterium,” cuando

La materia se desmaterializaría totalmente, y retornaría a su estado de pureza espiritual… invisible y no existente. (Bowers, 1973. P. 126.)

Somos incapaces de juzgar la grandiosidad de los planes de Scriabin ya que no fueron completados. Como hubiera sonado la música está apenas indicado por un trabajo reciente llamado Universe de un joven compositor ruso, Alexander Nemtin, el cual está basado en las notas que Scriabin dejó para el “Prefatory Action.”

La filosofía de Scriabin penetra toda su obra.

Ha habido pocos compositores tan específicamente místicos como Scriabin. Las contrapartes más cercanas a Scriabin se encuentran no en la música sino en la poesía con William Blake, o en la pintura con Nicholas Roerich. (Bowers, 1973. P. 114.)

Las primeras influencias filosóficas de Scriabin incluyeron a Kant y a Nietzsche. Sus primeras sinfonías fueron elogiando el arte en el cual él creía, incluso ese más temprano en su carrera, que tenía un poder de transformación que podía elevar el espíritu humano. Para Scriabin, el arte era mucho más que un entretenimiento. Como Beethoven, vio el arte como una forma de religión. Fue impresionado por lo que escuchó de la filosofía Oriental y por los antiguos Misterios Griegos y el lugar destacado que la música tenía en ellos. La tercera sinfonía de Scriabin, el Poema Divino, de acuerdo a sus notas, describe las luchas del espíritu humano a medida que se libera a sí mismo de esclavizantes creencias del pasado en un Dios personal externo, y del mundo de los sentidos, para obtener una

Jubilosa y embriagada afirmación de su libertad y su unidad con el universo (el Ego divino).

Su cuarta sinfonía, el Poema del Éxtasis, expresa la liberación a través de la creatividad. Su tema principal es muy Nietzscheano; el Yo Soy. La sinfonía representa ambos estados, la unión física y la mística y el éxtasis.

Por el tiempo en que estaba escribiendo el Poema del Éxtasis entró en contacto con la filosofía teosófica. En 1905 leyó La Clave de la Teosofía de H. P. Blavatsky. Se refirió a este en un carta como

Un libro extraordinario. Te sorprenderás lo cercano que es a mi pensamiento. (Bowers, 1969. P. 52.)

Hizo amigos entre los teósofos, particularmente en Inglaterra, y leyó otros libros teosóficos incluyendo La Doctrina Secreta de H. P. Blavatsky. Scriabin basó su quinta sinfonía, Prometeo, Poema del Fuego, en la interpretación teosófica del antiguo mito griego de Prometeo.

En el mito, Zeus pone a Prometeo a hacer al hombre del barro. A Prometeo le da lástima de las condiciones de las criaturas que creó y roba fuego del cielo y se los da. Zeus castiga a Prometeo teniéndolo atado a una roca, pero finalmente es liberado por Hércules. El regalo del fuego despertó la mente de la humanidad y, como en la historia de Adam y Eva, trajo la habilidad de pensar y actuar para el bien y para el mal.

En La Doctrina Secreta se dice que el universo así como los seres humanos siguen un ciclo de vida de nacimiento, crecimiento, y muerte. El orden surge del caos. La evolución del universo, y por consiguiente toda evolución dentro de él, es un proceso de gradual materialización y desmaterialización. El Espíritu se hace Materia para volverse nuevamente Espíritu al final del ciclo a un más alto grado de evolución de lo que estaba al principio. La alternancia hacia adentro y hacia afuera de la manifestación es como la respiración del Kosmos, llamada por los hindúes la respiración de Brahma.

En las primeras etapas de la manifestación de un universo hay, de acuerdo a La Doctrina Secreta, “un instante de fuego (fire-giving)” como la fecundación de un huevo. Cuando la vida en ese universo está suficientemente evolucionada hay otro “instante de fuego (fire-giving),” indicando como la mente nace en el hombre primordial. Blavatsky lo llama “un rayo de luz” en el primer caso y un “fuego viviente” en el segundo. (Blavatsky, pp. 37, 171-172.) Prometeo, como Lucifer, es el “traedor de luz,” quien trae la mente y la capacidad de comprender y causar el bien y el mal.

El símbolo del fuego es también usado en la Yoga Hindú. El “fuego serpentino” o Kundalini es descrito tanto por Blavatsky como por instructores de Yoga. Scriabin también leyó las obras del Yogi Ram Charak y asumió los ejercicios yóguicos de respiración. (Bowers, 1973, p. 92.) El fuego serpentino es descrito enrollado en la base de la columna vertebral y debe ser cuidadosamente despertado a mayor actividad para que ascienda hasta la cabeza, por el yogui que quiere desarrollar todo su potencial y ser liberado de la esclavitud de la materia, como Prometeo que fue finalmente liberado por Hercules. El Yogui, como Prometeo, debe robar el fuego.

Scriabin usó la idea de un proceso de materialización, evolución y desmaterialización, o liberación de la esclavitud de la materia, como el tema de su Quinta Sinfonía. También iba a ser usado como tema en su inacabado “Mysterium.” Bowers analizó el simbolismo teosófico en Prometeo, Poema de Fuego. (Bowers, 1973, pp. 192-193.)

- Acorde inicial de seis notas………neblinas cósmicas

- Primer tema ……………..principio creativo

- Cuatro acordes de trompetas abierto en

Cuartos ………………..instante de fuego

- Tema, un solo de trompeta………….voluntad

- Piano…………….el hombre (microcosmos); alborear de la consciencia humana; alegría de vivir (o la danza del auto-descubrimiento); juego del espíritu creativo; languidez sexual, etc.

-Orquesta……………macrocosmos

- En pocas palabras todo el tono de Progresión …………………….……la respiración de Brahma

- Descenso de una novena menor………...descenso del Espíritu en la Materia

- Tema en piano, el principio

creativo…………………………………..el Ego, o la Materia transformada en Espíritu

- Canto coral, tarareo del sonido de las vocale …………….……………..el llanto del niño; la Unidad en la Multiplicidad; el paso desde el hombre a la humanidad

- Frase final de rising open fourths………auto-afirmación o tema del “Yo Soy” (también usado en El Poema del Éxtasis.)

Prometeo está compuesto en un sistema armónico que había desarrollado Scriabin. El cual tiene un carácter distintivo difícil de descifrar. En resumen, agrega motivos fragmentados al efecto de tensión y poder, de constante movimiento, y destellos de fuego.

Además de la ampliación de la orquesta, las campanas y un coro, Prometeo fue escrita para clavier a lumieres, un instrumento de teclado el cual iba a producir luces de colores en vez de sonido. Los colores iban a ser determinados por el sistema de correspondencias sonido-color de Scriabin. En su sistema, los acordes más que notas individuales están asociados con colores específicos.

F menor correspondía al azul, “el color de la razón”, D mayor, al dorado, soleado; F mayor, el rojo-sangre del infierno, y así sucesivamente. (Abraham)[2]

Escribir para luces de colores así como para orquesta y para el coro fue innovador de parte de Scriabin, aunque en algunos casos en el pasado, ya se había usado el color en la música y en la danza, el suyo fue el primer intento serio para relacionar específicamente luces de colores a la música a través del uso de una partitura definida. Desafortunadamente, el clavier a lumieres existió solamente en teoría cuando su parte fue escrita por Scriabin. La primera interpretación de Prometeo se hizo sin él en Moscú en 1911, y no se interpretó con luces hasta el concierto de Nueva York en 1915. Incluso entonces las luces solo fueron proyectadas en una pantalla, que no era lo que Scriabin tenía en mente. El había deseado poderosos y brillantes colores para llenar el salón de conciertos, incluso deslumbrantes, casi como luz blanca cegadora en el culminante final.

Aunque sus planes, incluso para Prometeo fueron parcialmente frustrados debido a la inadecuada tecnología, y su gran obra, el “Misterio” escasamente comenzó, Scriabin es tenido en alta estima como compositor. Es considerado importante en el período de transición de la música del siglo XIX y el XX. Para algunos él fue la culminación del Período Romántico, otros lo ven como un precursor de las innovaciones del siglo XX. Más innovador que Debussy, el sistema armónico de Scriabin se acercó a las teorías de los 12 tonos que Schoenberg desarrollaría poco después de su muerte. Bowers cree que Scriabin hubiera desarrollado un sistema de 12 tonos como su siguiente paso lógico. En adición a sus cinco sinfonías, Scriabin compuso diez sonatas para piano y otras piezas para este instrumento, y es por estas que es más ampliamente respetado.

Una apreciación menos ortodoxa sobre la música de Scriabin fue hecha por el compositor y teósofo Cyril Scott. Varias formas de panteísmo, incluyendo religiones orientales y la teosofía, proponen que la naturaleza tiene una inteligencia inmanente. El sistema armónico de Scriabin, de acuerdo con Scott, expresa la más alta inteligencia de la naturaleza. La música de Scriabin, especialmente el Prometeo, tiene por lo tanto una calidad casi inhumana. Scott dice que Scriabin no estaba bajo la supervisión y protección de un maestro espiritual y que su misteriosa muerte fue debida a su incapacidad por manejar la tensión bajo la cual estaba al contactar con la más alta inteligencia de la naturaleza. (Scott p. 132-134.)

Las grandes esperanzas de Scriabin de inducir un estado de fraternidad e iluminación en su audiencia es difícil de aceptar a primera vista. Pero, incluso si Scriabin era demasiado optimista en sus planes de causar un nirvana masivo, es posible que la música pueda tener un efecto edificante sobre los escuchas. En adición a los estados meditativo y extáticos producidos en religiones tradicionales como el Budismo Tibetano, Sufismo, Hinduismo, y el Zen, consideren la siguiente experiencia mística reportada por un oyente a Beethoven.

Absorto en la música de Beethoven, cerré mis ojos y vi un resplandor plateado que se formó en un círculo con un centro más brillante que el resto. El círculo se convirtió en un túnel de luz procedente de un lejano sol en el corazón del Ser. Rápido y sin problemas fui cargado a través del túnel, viendo como la luz plateada se transformaba en dorada. Tuve la impresión de atraer fuerzas de un océano ilimitado de poder y una sensación de paz profunda. La luz se hizo más brillante pero nunca deslumbrante o alarmante. Llegué a un punto donde tiempo y movimiento se detuvieron. En mi recuerdo tomó la forma de una roca plana coronada, rodeada por un mar de verano, con una piscina de arena en su piso. La escena del sueño se desvaneció y yo estaba absorbido en la Luz del Universo, en el resplandor de la Realidad como el fuego con el conocimiento de sí mismo, sin dejar de ser uno y yo mismo, sumergido como la gota de arena en el desierto. La paz que sobrepasa todo entendimiento y el latido de la energía de la creación son uno en el centro, en el medio de las condiciones donde todos los opuestos son reconciliados. (Allen)

Si la música de Scriabin tiene o no el efecto mágico que él trató que tuviera, e incluso si nadie de los que han escuchado sus obras nunca ha sido movido a estados místicos de consciencia (aunque quizás haya sucedido), por lo menos el proceso que produjo las obras movió al compositor a un grandioso éxtasis.

A veces sueño que sueño. Pero no son sueños, sino visiones, ilusiones que se hacen tangibles, sonidos en imágenes. (Bowers, 1973. P. 191.)

A través de sus cartas y conversaciones reportadas queda claro que al menos para sí mismo, Scriabin logró su objetivo de transformar el sufrimiento humano en éxtasis a través del poder de la música.

Bibliografía

- Abraham, Gerald. Album liner notes on Prometheus, the Poem of Fire, London Records, CS 6732, 1974.

- Allen, Warner. The Timeless Moment. Farber and Farber.

- Blavatsky, H. P. An Abridgment of the Secret Doctrine. Edited by Elizabeth Preston and Christmas Humphreys. Wheaton, Illinois: Theosophical Publishing House, 1969. (The Secret Doctrine was originally published in 1888.)

- Bowers, Faubion. Scriabin, A Biography of the Russian Composer, 1871-1915, Vol. II. Tokyo and Palo Alto: Kodansha International Ltd., 1969.

- Hull, A. Eaglefield. A Great Russian Tone-Poet: Scriabin. London: Kegan Paul, Trench, Trubner and Company, 1916.

- The Reader´s Encyclopedia. Ed. William Rose Benet. New York: Thomas Crowell Company, 1948.

- Scott, Cyril. Music: Its Secret Influence Throughout the Ages. New York: Samuel Weiser Inc., 1958.

- Swan, Alfred J. Scriabin. Westport, Connecticut: Greenwood Press, 1970. (Originally published London: John Lane: The Bodley Head Ltd., 1923.)



[1] Gary Brown obtuvo un B. A. de la Univesidad de Maryland, Baltimore County, en un programa autodiseñado que combinaba música, filosofía y estudios religiosos.

[2] Bowers, (1969 V. II, p. 205) gives a system of Scriabin color and tone correspondences in which C is Red, G is Orange, D is Yellow, A is Green, and B is Pearly Blue.


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